Esta práctica es muy sencilla y muy efectiva. Puedes practicarla como una meditación, dedicando un tiempo a ello en un momento del día, o puedes practicarla en cualquier momento y cualquier situación, te ayudará a volver al aquí y ahora.
Consiste en lo siguiente:
- Haz tres respiraciones profundas, cogiendo todo el aire que puedas por la nariz y soltándolo por la boca.
- Elige una parte de tu cuerpo en la que notes la respiración: puede ser la punta de la nariz, el pecho, el vientre o cualquier otro punto.
- Centra tu atención ahí. Nota los efectos que produce el aire al entrar y salir de tu cuerpo. Como se eleva tu pecho o tu vientre, como roza el aire al pasar por tu nariz, por ejemplo.
- No modifiques la respiración, sólo observa y respeta cómo es en cada momento.
Si de pronto algo te distrae (un pensamiento, un ruido, una sensación…), vuelve a dirigir amablemente la atención a donde estaba y continúa sintiendo tu respiración. Cada vez que te alejes, vuelve a ella.