Encuentra una parte de tu cuerpo donde puedas notar las sensaciones que produce el aire al entrar y salir. Centra la atención ahí, siente tu respiración. Si en algún momento algo te distrae, en cuanto te des cuenta, vuelve a llevar tu atención, con suavidad y determinación, al lugar donde estaba y continúa sintiendo tu respiración.
Poco a poco, ve abriendo tu atención hasta abarcar todo tu cuerpo. Date cuenta de cuál es tu postura, del lugar que ocupas. Siente las partes de tu cuerpo que están en contacto con el suelo o la silla. Nota cómo está tu cuerpo en este momento, si está tenso, relajado, si pesa o lo sientes ligero. Toma nota de otras sensaciones, como picores, tensiones, hormigueos, etc. Permanece ahí, en contacto con tu cuerpo y tu respiración hasta que termine la sesión.