La respiración está siempre en nuestras vidas, aunque apenas le prestamos atención. Utilizamos frases haciendo alusión a su importancia, decimos que “nos hemos quedado sin aliento” o que necesitamos “espacio para respirar”, pero rara vez nos paramos a observarla.
Desde niños la respiración ha sido nuestra fuente de energía y, por esta razón, recuperarla de este modo nos proporciona libertad. Para respirar libremente no debemos controlar las cosas ni juzgarlas, de modo que la respiración se presenta como una metáfora de nuestra misma existencia.
La respiración nos ayuda contra el estrés y el dolor. Observarla nos hará darnos cuenta de qué pasa si la inhibimos y nos otorgará las facultades necesarias para modificarla en nuestro propio beneficio. Meditación y respiración son conceptos que van unidos.
¿Cómo empiezas a meditar?
Si quieres aprender a meditar lo primero que debes saber es que no se trata de ninguna fórmula mágica. Debemos practicarla para encontrar sus beneficios. Lo primero que debes hacer es encontrar un lugar cómodo. Puede que a algunos les guste más un cojín en el suelo, un sofá o una silla en casa. Solo o en grupo, no importa, lo que mejor te venga, pero debe ser un lugar tranquilo, donde no te molesten.
Revisar la postura será el paso siguiente. Realmente lo único realmente importante es que mantengas la espalda recta y cierres los ojos. Si al comenzar te da sueño o te produce algún mareo abre un poco los ojos. También te recomendamos que uses alguna manta, ya que suele subir la temperatura al meditar. Otro consejo es situar la lengua detrás de los dientes superiores, sin hacer presión.
Comenzar poco a poco es importante. Puede que en un principio te cueste un poco, pero no hacen falta sesiones largas; para comenzar, con diez minutos es suficiente. Céntrate en tu respiración y en tu cuerpo. Y si puedes encontrar un grupo de meditación, mejor que mejor.
¿Qué beneficios te aportará meditar?
Al practicar la meditación conseguimos una serie de beneficios realmente interesantes que hacen que el arte de meditar esté cada vez más en auge. En general al meditar aumentamos nuestra felicidad y nuestra salud.
Practicando la meditación reforzamos nuestro sistema inmunológico, lo que nos permite recuperarnos antes de cualquier enfermedad. También reduce la ansiedad y el insomnio. Favorece otros puntos como la pérdida de peso saludable o el incremento de la fertilidad.
Además, al meditar ralentizamos el proceso de envejecimiento y aumentamos nuestra resistencia emocional, lo que en general nos hace más felices.
¿Cómo saber si estás meditando correctamente?
Puede que al comenzar a meditar muchos pensemos en que entraremos en un estado de paz y relajación absoluto, pero esto muchas veces queda muy lejos de la realidad. Las primeras veces puede que notemos tensión y picores en partes del cuerpo. Si estas son las sensaciones que tienes al comenzar a meditar, no te preocupes, son totalmente normales.
Poco a poco conseguirás ir mejorando la técnica de la atención plena e irás apaciguando esta agitación interior y consiguiendo disfrutar de la meditación. Ten en cuenta que cuanto más te cueste, puede que más la necesites. No se medita mal ni bien, cada uno tiene que tener su propia experiencia y todas son válidas.
¿Es cierto todo lo que se dice acerca de la práctica de la atención plena?
La práctica del mindfulness se ha puesto de moda, pero has de saber distinguir lo que son mitos de lo que es la atención plena en realidad. Para comenzar, indicar que no es ninguna pócima mágica. Meditar no lo arregla todo ni resuelve problemas, sino que te ayuda a explorarlos y hacerlos frente desde una nueva actitud.
Tienes que saber que, aunque la meditación consiste en no juzgar, no vale todo. No podemos justificar todos nuestros actos irresponsables con el «no juzgar» de la meditación. La atención plena trata la aceptación, pero esto no es conformarse, sino aceptar la situación para buscar nuevas soluciones.
Además, para lograr los beneficios de la práctica de la meditación es necesario que la practiques a diario. A pesar de lo que puedan decir, meditar no es fácil, si no eres constante no notarás sus resultados y ser constante requiere mucha voluntad.
Atrévete a empezar
La práctica de la atención plena es totalmente recomendable para todo tipo de personas; al principio requiere un poco de esfuerzo y constancia, pero en cuanto veas comenzar los beneficios será parte esencial en tu vida.